El sector de logística de última milla se enfrenta actualmente a grandes retos. El crecimiento exponencial de las entregas a domicilio a raíz de la pandemia viene acompañado de diferentes retos, como el aumento del precio del carburante, la sostenibilidad o la eficacia de las entregas, ante los que los propios retailers no terminan de encontrar soluciones viables que les ayuden a optimizar su actividad comercial y reducir así los costes.
En este sentido, el crowdshipping, la rama de la economía colaborativa aplicada a la entrega a domicilio, se está posicionando como una solución respetuosa y eficaz ante estos retos.
Aproximadamente el 25% de las emisiones totales de gases contaminantes proceden del transporte de mercancías, que además es responsable de provocar el 20% del tráfico en las ciudades, según el informe elaborado por la consultora Deloitte. De esta forma, el crowdshipping ofrece la posibilidad de optimizar trayectos y evitar las emisiones que generaríamos con un modelo de entrega tradicional, ya que permite aprovechar el viaje de una persona para que lleve un paquete a otra que se encuentra en su camino.
Por otro lado, los retailers tienen otros dos grandes retos: reducir costes y mantener la flexibilidad en las entregas. En este sentido, diferentes plataformas de envíos rápidos se han posicionado durante los últimos meses como una solución a esta creciente necesidad. Sin embargo, se encuentran con barreras en cuanto a la flexibilidad del área que cubren.
Otra de las ventajas que ofrece el crowdshipping es que permite transportar pedidos más voluminosos que otros servicios, ya que el único medio de transporte es el coche del propio particular.
Asimismo, el crowdshipping es un modelo de entrega colaborativa que asegura el buen estado y el cuidado del pedido, ya que el shopper -un ciudadano que aprovecha sus viajes para hacer entregas y recibe una compensación económica por ello- transporta y entrega el pedido como si fuese propio.
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