La entrega a domicilio provoca altos costes para los operadores, congestión en las ciudades y un aumento de la contaminación urbana.
La última milla es el proceso de la cadena logística más crítico para el comercio electrónico. Según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el 86 % de las compras online en España se reciben en el domicilio. La última fase de la entrega o última milla es la que conflictos genera a operadores logísticos, especialmente también por las devoluciones.
Se impone, por tanto, la urgencia de buscar soluciones imaginativas para dar un servicio a la altura de las expectativas de los clientes.
Entre las diferentes propuestas de mejora que se barajan destaca:
- 1. Implementación de consignas. Consiste en habilitar espacios con taquillas donde las compañías puedan depositar varios pedidos a la vez; y los usuarios, recoger sus productos en el horario que prefieran.
- 2. Diferentes puntos de recogidas ya sea tiendas físicas de las propias marcas o establecimientos que se dedican a otros fines, resultan muy útiles para quienes pasan mucho tiempo fuera de casa.
- 3. La implementación de un TMS. Es un software capaz de planificar y modificar en tiempo real las rutas de transporte para ahorrar tiempo y dinero. Con la ayuda del big data, un TMS permite afrontar imprevistos, elegir los trayectos más despejados y establecer el orden de entrega óptimo para rentabilizar los costes.
- 4. Trazabilidad actualizada al minuto mediante apps de trazabilidad, que informa al usuario acerca de dónde se encuentran sus pedidos en todo momento.
- 5. Vehículos de reparto alternativos híbridos, eléctricos e, incluso, bicicletas son opciones de transporte no contaminantes que cuidan del medio ambiente y resultan más viables para el reparto en ciertas zonas.
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