El apagón masivo del 28 de abril de 2025 en la Península Ibérica paralizó la actividad logística, afectando gravemente al sector farmacéutico, donde la continuidad operativa es vital. La interrupción eléctrica, calificada como “excepcional” por Red Eléctrica, detuvo operaciones en puertos, aeropuertos y centros de distribución, comprometiendo la cadena de suministro de medicamentos y productos sanitarios esenciales.
En el sector farmacéutico, la logística depende de sistemas electrónicos para la trazabilidad, el control de inventarios y la gestión de la cadena de frío. La falta de energía interrumpió el monitoreo de temperaturas en almacenes refrigerados, poniendo en riesgo vacunas y medicamentos sensibles.
Los puertos, como el de Barcelona, activaron planes de contingencia con generadores, pero terminales de contenedores como APMT y TTIA quedaron inactivas, retrasando la carga y descarga de insumos médicos. En aeropuertos como Madrid-Barajas, la suspensión de vuelos afectó la distribución de medicamentos urgentes. Los ferrocarriles, esenciales para el transporte terrestre, también se paralizaron, acumulando retrasos en entregas.
La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas señaló dificultades para cuantificar daños, pero la interrupción de procesos críticos evidencia la fragilidad de las infraestructuras ante eventos imprevistos.
Este apagón resalta la necesidad de reforzar la resiliencia energética en la logística farmacéutica, con inversiones en sistemas de respaldo y tecnologías sostenibles. La recuperación, aunque en marcha, enfrenta retos para restablecer la normalidad en un sector donde cada hora es esencial.
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