Las entregas de última milla suponen hasta un 50% del coste logístico en las entregas de e-commerce, con productos que pueden venir de otros países por avión, carretera o barco. Esta primera y larga cadena de envío cuesta la mitad de la entrega y llevarlo a una casa, el otro 50%, de ahí que se considere una especialidad clave por su misión en sí, depositar el pedido en las manos del consumidor, pero también por su condición de sensor para diagnosticar la salud del organismo logístico.
Por ello, se está trabajando cada vez más en ofrecer una entrega rápida, compartida, donde sea el cliente quien elija donde desea recibir el paquete, si en taquillas inteligentes, en la tienda de la esquina o en su domicilio, realizadas con flotas sostenibles que tienen un menor impacto ambiental ofreciendo mayor rapidez y flexibilidad para dar respuesta al creciente mercado.
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